A veces me preguntan si tengo algún secreto para cuidar mi piel. Mi respuesta es siempre la misma: soy obsesiva con el cuidado del sol. NO tomo sol, hace años que no lo hago. 

Imposible olvidarme mis épocas de adolescente dormitando al mediodía al sol con mis hermanas y mi mamá gritando desde la ventana: “¡Chicas, salgan del sol!”. Menos mal que a mi me parecía el peor plan del mundo y duraba muy poco en la reposera. 

A los 19 años dejé de hacerlo, no me quería manchar más la piel y no tengo ninguna duda de que fue la mejor decisión para mi piel.

El melasma que tengo en la mejilla es un recordatorio del daño solar acumulado en mis años de adolescencia. El sol causa daño, deja marcas y heridas en la piel. 

Es cierto que necesitamos un poco de sol. También es cierto que tenemos un agujero en la capa de ozono arriba nuestro. A veces no puedo creer cómo seguimos tomando sol sin pensar en el daño que nos hacemos.

No tomes sol, usá Tan Booster. 

Tanto producto, tanto tratamiento, para poner la cara al sol. Un desperdicio. Si querés color: USÁ AUTOBRONCEANTE. 

Nuestro Tan Booster te va a dar ese tono dorado progresivo sin poner en riesgo tu piel. Sin mancharte, sin arruinar tu piel y aportando beneficios. Lo mejor que podés hacer como anti-aging es simple: protegete del sol. Una vez que empieces a cuidar tu piel, no vas a querer hacerle más daño. 

F.