Corría 2013 y la tendencia de "glowy skin" empezaba a hacerse popular cuando yo estaba cursando mi posgrado. Me acuerdo de volver súper tarde de la universidad y ponerme a mirar mil videos en YouTube de reviews de iluminadores de maquillaje que comenzaban a ganar popularidad. Literal, llegué a ver el sol salir, hipnotizada con el spark de los pigmentos y la refracción en la piel. La marca Benefit había lanzado el iluminador en stick "Watt's Up!" y yo estaba obsesionada.
Pensaba: ¿Cómo puedo lograr que la piel tenga ese brillo, pero REAL? ¿Sin el iluminador de maquillaje? O sea, ¿que el brillo sea propio de la piel?
Uní algunos cables en mi cabeza y pensé en las clases de física: la luminosidad de la piel podría estar directamente relacionada con la manera en que la luz interactúa con su superficie. Cuando la piel es uniforme y lisa, la luz se refleja en una dirección definida, similar a como ocurre en un espejo. En cambio, una superficie cutánea irregular o rugosa dispersa la luz en múltiples direcciones, lo que resulta en una reflexión difusa que disminuye el brillo y la apariencia radiante.
Los alfa hidroxiácidos, ingredientes muy utilizados en gabinetes profesionales pero poco comunes en productos cosméticos que se encuentran en Sephora, la farmacia o el freeshop, hacen justamente eso: normalizan la renovación celular, desprenden las células muertas y dejan expuestas células nuevas, fresh y homogéneas, permitiendo que la luz se refleje de manera perfecta y revelando una piel mega luminosa.
Son realmente game-changers. Permiten ver cambios increíbles en la piel. Recuerdo pensar: ¡Con razón muchos se quejan de no ver resultados con los productos cosméticos! ¡Es que no usan este tipo de ingredientes!
El uso diario era la clave y, para eso, se necesitaba una fórmula que tuviera potencia pero que, a su vez, fuera tolerable y no irritante. Es decir, combinarlos con activos que calmen la piel, la protejan de la posible irritación y, en lo posible, le aporten beneficios extra. Había que crear un producto que exfoliara de forma suave, sin comprometer la integridad de la barrera y sin sumar irritación innecesaria. Buscaba exfoliar y, a la vez, cuidar la piel: un win-win.
Diez años después, los AHA se volvieron súper populares y forman parte de una rutina de cuidado de la piel básica de cualquier "skintellectual". Y son clásicos, y es que se mantienen vigentes porque funcionan. Fuimos mejorando las fórmulas, con una meticulosa selección de las materias primas. Los lotes de hoy no son los mismos que los primeros lotes de Chemist.
Pero, cada vez que los veo, me acuerdo de mis noches en vela estudiando, devorando libros de biología y química orgánica, entrando a la farmacia abierta 24 hs de madrugada a hacer scouting de producto.
Flopi.
Deja un comentario
Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.